miércoles, 12 de enero de 2011

Alicia

Ella dormía, después del tomento de un día atareado, calculado hasta el más mínimo detalle. Roto por el mismo espacio de los segundos, amarrado a protocolos rigurosos, al poder inmenso de una rutina que silenciosamente la había transformado en su esclava, victima del tiempo, mujer suicida de lo cotidiano, de lo establecido. Días de tormento y noches de agonía, donde el sueño refrescaba las ideas, e inundaba el inconciente de deseos reprimidos. Ella dormía.
Yo disfrutaba de esas noches de insomnio, cuando los pensamientos incesantes de mi dialogo con la almohada terminaban por arrancarme el sueño de los ojos, y llenaban mi mente de la lucidez mas penetrante. La tranquilidad de la noche me permitía elevarme a los diálogos más profundos, a los análisis más agudos. Pero lejos de dejarme abrumar por la turbulencia de pensamientos, prefería desviar toda mi atención de los detalles más íntimos de mis discusiones mentales, a la tranquilidad fresca de Alicia mientras dormía. Las noches de insomnio siempre me llevaban a contemplarla dormida, a imaginarme sus sueños e intentar entrar en ellos, a dudar de su fidelidad, o atreverme a serle infiel, a llamarla por otro nombre, a amarla desenfrenadamente, sin tocarla y en silencio. La amaba así, callada, silenciada, atrapada en el mundo, su mundo de fantasía, del otro lado del espejo, cuando podía ser ella, como solo ella sabia ser, sin miedos, sin complejos, sin odios ni distancias, persiguiendo al conejo de los pantalones graciosos, cuando se soltaba el pelo y caminaba descalza en un bosque ocre otoño, hablando con los árboles y haciéndole el amor al tiempo, desnudándose lentamente.
Mi concentración me llevaba a la fantasía, al desenfado de todo lo impensable, haciéndole el amor con la mente, recorriendo su piel dorada en cada pliegue, en cada célula mestiza. Insertándola en mis historias, en mis diálogos, creando personajes, imaginándola como solo ella se imaginaba a ella, intentando despejar la duda eterna de quien era Alicia después de la jornada, quien era Alicia cuando dormía, y se olvidaba del defecto, cuando dejaba de preocuparse por ese vientre no tan plano, que a mi me volvía loco, de esas bolsas en los ojos, y de esos miles de defectos que para mi la hacían perfecta.
Quien era Alicia después de Alicia, después del cuento, después de la fantasía, quien era ella después de mi, que había detrás de esos suspiros noctámbulos, de esos movimientos oculares, detrás de esos balbuceos que de vez en vez me mencionaban. Ese rostro expresivo lleno de emociones contrastante con el rostro diario apagado por las horas de la ciudad asfixiante, del café de la mañana para despertar, del “adiós querido, te veo en la tarde” de la jornada de ocho horas y la hora de la comida. El aburrimiento del tráfico cotidiano, el tedio de la televisión antes de dormir y del sexo malo, forzado o aplazado por la típica frase de “me duele la cabeza” o “estoy cansada”.
Quien era esa mujer que se transformaba, que florecía a media noche mientras abrazaba las sabanas, mientras se alejaba del tiempo y volaba entre suspiros o se marchitaba entre sollozos.
El amanecer me sorprendía abrazado a su cuerpo, como aquel escolar que un día antes del examen y tras horas de estudio terminaba rendido abrazado al libro de texto, siempre con más dudas que respuestas. Dudar se había vuelto mi rutina, y entenderla el reto que hacia de mis días, esos días, los mas excitantes.
Una sonrisa era el buenos días de cada mañana. El primer beso de la jornada, y luego el salto a lo cotidiano, la vuelta a lo mundano, con las horas contadas, con la rutina en la piel. Un adiós de café, “te veré en la tarde, cuando el tiempo lo permita”. La mascara de nuevo, y yo volvía a dormir, a pensar en ella, a enamorarme más de Alicia, la silenciosa, la que sueña, y a olvidar a la otra Alicia, a la real, la que moría en cada día.
La realidad término por fastidiarme, Alicia volvió al libro, pero se quedo en mis noches, esas noches de insomnio, cuado recuerdo por que la amaba tanto, y claro, porque me dejo.      

J.G.        

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