A veces quisiera hablarle a los fantasmas y dormir con
ellos, tocar sus blancas manos y robarles besos. Sentir por un segundo como el
tiempo se fragmenta y regresar los espasmos de tantas cosas que fueron y ya no
son. Respirar el aliento del recuerdo, dándole vida a lo que ha muerto, y vivir
un poquito.